Su castillo del s.XV ocupa un cuadrado con dos recintos fortificados. La iglesia parroquial de San Miguel es de estilo románico, del s.XII. La ermita está dedicada a Sta. Mª del Castillo. Aún conserva la disposición amurallada. Es una antigua iglesia del s.X, con restos mozárabes, pero modificada en el s.XVIII.
Junto a un valle, a 25 kilómetros de Valladolid, con casas de piedra y adobe se levanta esta bella localidad, que puede presumir de tener uno de los castillos que pueblan nuestra provincia.
Un castillo que, si bien los habitantes de Trigueros lo llaman "la Fortaleza", fue levantado en el siglo XV, en el que se puede apreciar las caballerizas, así como varios cubos, parte de los muros de la Torre del Homenaje y la Puerta de entrada al mismo. Merece la pena adentrarse por esa puerta y poder descubrir lo que sus muros todavía conservan.
Ya en el centro del pueblo se puede ver la Iglesia de San Miguel Arcángel, en el que aparte de ser de piedra y tener una magnífica torre, tiene una bella portada abocinada con arquivoltas.
Y por último, en lo que se refiere a edificios de interés, está su Ermita de Nuestra Señora la Virgen del Castillo, del siglo XV en estilo mozárabe y ocupando el techo de un pequeño cerro que se levanta en uno de los laterales de la localidad. Y aquí para diferenciarla, la llaman "el Castillo".
En cuanto a fiestas y tradiciones, empiezan con San Isidro, el 15 de mayo.
Le siguen el primer fin de semana de septiembre, las fiestas en honor de la Virgen del Castillo, en las que los fuegos artificiales, las verbenas, los juegos autóctonos como la tanga y la calva o las degustaciones riquísimas de chorizo, sardinas o vino, son sus actos principales.
También durante el mismo mes, pero el día 29, se celebra San Miguel, con "pancetada" ofrecida a los asistentes.
Como tradiciones más esperadas, sobresale el día de Nochevieja, donde todo el mundo toma las uvas en la Plaza del Ayuntamiento y por último, veinte días después de Carnaval, celebran el popular día de la Vieja, con comida en el campo: bocadillos de tortilla con dulces como el abisinio, entre otras.
Situado en un valle y caracterizado por los trigales, que dieron lugar al nombre de este bello pueblo. Además de la parte monumental, no podemos olvidarnos de las casas cueva (ahora en rproceso de restauración) que pueblan el cerro en el que se ubica la ermita así como tampoco de su vino.